POEMA
DE UN PAYASO
De
un ataque al corazón
esta
tarde se murió un payaso.
Lo
más divertido del caso
que
mientras su cuerpo estaba inerte,
la
gente aplaudía y aplaudía,
al
mismo tiempo pedía
qué
él repitiera su muerte.
Es
al payaso en esta vida
a
quién Dios lo destinó a sufrir,
pues
tiene que hacerte reír
aunque
tenga su alma herida.
Con
mi sonrisa fingida tengo
penas
que ocultar,
más
si yo, el payaso, pudiera hablar
y
contar mis amarguras
hasta
las almas más duras podrían conmigo llorar.
Al
ver mi cara pintada
todos
ríen con placer
sin
llegar a comprender
que
mi vida es desgraciada
si
lanzo una carcajada
todos
creen que es de alegría
más
no comprenden que la suerte impida
que
más riendo estoy,
es
un paso más que doy
en
pos de mi tumba fría.
No
pidáis que me ría
que
de mi propia risa me espanto,
he
reído tantas carcajadas de dolor
en
este mundo traidor.
Me
han enseñado a reír con llanto
y
llorar con carcajadas.
Mañana
cuando el payaso muera
todos
lo echarán al olvido
más
de mí que te has reído
nunca
más te acordarás
como
música pasajera
que
viene y se va.
Por
eso público querido
usted
que me ha brindado su aplauso
que
me llena de gozo,
el
último aplauso te pido y quedarme satisfecho
poniéndolo
en tu carne y llevándolo en nuestro pecho
como
dos payasos bien agradecidos.
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