DEJAR DE SER MONO
Augusto Monterroso
EL espíritu de investigación no tiene límites.
En los Estados Unidos y en Europa han descubierto
a últimas fechas que existe una especie de monos hispanoamericanos capaces de expresarse
por escrito, réplicas quizá del mono diligente que a fuerza de teclear una
máquina termina por escribir de nuevo, azarosamente, los sonetos de
Shakespeare.
Tal cosa, como es natural, llena estas buenas
gentes de asombro, y no falta quien traduzca nuestros libros, ni, mucho menos,
ociosos que los compren, como antes compraban las cabecitas reducidas de los
jíbaros. Hace más de cuatro siglos que fray Bartolomé de las Casas pudo
convencer a los europeos de que éramos humanos y de que teníamos un alma porque
nos reíamos; ahora quieren convencerse de lo mismo porque escribimos.
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