MEJOREMOS NUESTRA VIDA
Conocí, y conozco —pues aun perdura en su inútil pervivencia— a un hombre tan imbécil como infeliz.
No fue ni es feliz, ni soporta que
los demás sean felices, maldice la felicidad ajena, ni siquiera soporta la
bonanza de las aves que vuelan en libertad y cantan a la naturaleza, o a un
perro que disfruta frotándose el lomo sobre el pasto sacudiendo sus patas hacia
arriba.
Se trata de un
sujeto retrógrado e insocial, aborrece la modernidad y todo adelanto
tecnológico. Crítico acérrimo de todos aquellos quienes se sirven de una computadora
en su vida cotidiana, para trabajar, curar, educar, educarse, comunicarse o
dedicarse al ocio creativo como escuchar música, etc. Odia la tecnología y a
quienes la utilizan. Odia todo.
No logro entender cómo un ser “humano” así, puede vivir con
tanto odio dentro de sí. Pobre tipo. Recoge de su hábitat lo que ha sembrado en
toda su aciaga y tristísima existencia.
Su pobre caudal cultural se
reduce a la escasa lectura incompleta de algunas novelitas de Agatha Christie.
Ocultándose en
las sombras de la noche, durante meses estuvo acarreando piedras con un balde,
hasta un predio público con césped, para colmarlo con las mismas, convirtiendo
el sitio verde en un horrible pedregal, para evitar que los niños del barrio puedan
jugar a la pelota.
Es poseedor de una gran fortuna
que jamás disfrutará. Pese a ello, sigue madrugando, aun con intemperies muy adversas
para un anciano enclenque como él, para cirujear y continuar acumulando más
dinero al tiempo que va atesorando más odio hacia la humanidad y la naturaleza.
Con tanta riqueza acumulada, vive en una cueva de cemento,
donde cuesta respirar, pues se trata de un cubículo roñoso y maloliente sin la ventilación
adecuada.
En el barrio lo llaman “el barrendero loco” o “el sapo
viejo, panzón y arrugado”, tal desprecio le destila la gente al mencionarlo.
Es despreciado por todos los que han tenido la desdicha de
conocerlo, este es el fruto de recoger lo que ha sembrado en su existencia
mundana.
Es un ser muy malvado, pues él sabe que con esta conducta de
andar buscando por la calle y entre las basuras de la zona, con el fin de
encontrar alguna cosa de provecho, le quita la oportunidad a personas muy
pobres, verdaderos lúmpenes sociales marginados de todo, que no poseen otros
medios para obtener unas chirolas para llevar algo de comida a sus muy
paupérrimos hogares.
Pero él lo sabe, el muy maldito sapo panzón arrugado lo sabe,
y se regocija de ello, alardea que le quita a esos pobres la oportunidad de
obtener algo para comer, él dice que “ellos no merecen comer”.
Un día sentado al borde de un lago, al cual acudo a veces a disfrutar de la naturaleza, medité sobre este abyecto personaje de la vida real, aunque paradojalmente no es un protagonista sino un espectador, un atisbador de la vida que pasa delante de sus narices, mientras él se desespera ansiando la desgracia de los demás, tanto se trate de vegetales, animales o humanos; incluso odia a los días hermosos porque la gente sale a disfrutar, adora los días de tormenta, porque la gente no puede salir a gozar en alegría de lo que prodiga Natura.
No pensemos, ni nos acerquemos a esta clase de personajes, no debemos contar para nada con estas personas negativas
y tan cargadas de mala onda, pesimismo y aversiones, como el personaje al cual me refiero, lleno de odio hacia su medio
ambiente social, familiar, laboral, vecinal, hacia las mujeres, las criaturas,
los jóvenes, las parejas, los perros, los pájaros, las familias que salen a
disfrutar del fin de semana.
Esto que he mencionado es un caso real, y existen demasiados tipos negativos como este, seguro que vos lector de mi Blog conocés o conociste a alguno o algunos de estos siniestros especímenes miserables y contaminantes.
En mi caso, yo frecuentaba a este paria de la vida, por la lástima que me inspiraba su despreciable pervivir, al verlo siempre solo, amargado con la vida, peleado con el mundo, mejor dicho con sus "tres mundos": su tenebroso mundo interior, el sombrío mundo que él se inventó y con el mundo real.
Pero, yo ya tomé la decisión, justa, cabal, lo mandé a la mierda. Sin misericordia alguna. Que siga siendo infeliz y que contamine de mala onda y negativismo a los tontos que aun lo tratan por lástima.
Sólo frecuento personas positivas, optimistas, que aman la vida y la naturaleza, ¡personas sanas de mente! Sin odios hacia todo aquello que no sean ellos mismos.
Esto que he mencionado es un caso real, y existen demasiados tipos negativos como este, seguro que vos lector de mi Blog conocés o conociste a alguno o algunos de estos siniestros especímenes miserables y contaminantes.
¿Cierto?
En mi caso, yo frecuentaba a este paria de la vida, por la lástima que me inspiraba su despreciable pervivir, al verlo siempre solo, amargado con la vida, peleado con el mundo, mejor dicho con sus "tres mundos": su tenebroso mundo interior, el sombrío mundo que él se inventó y con el mundo real.
Pero, yo ya tomé la decisión, justa, cabal, lo mandé a la mierda. Sin misericordia alguna. Que siga siendo infeliz y que contamine de mala onda y negativismo a los tontos que aun lo tratan por lástima.
Sólo frecuento personas positivas, optimistas, que aman la vida y la naturaleza, ¡personas sanas de mente! Sin odios hacia todo aquello que no sean ellos mismos.
En fin… ¡Vivamos!
RELEYENDO MIS APUNTES
Releyendo mis apuntes de no sé dónde;
cada tanto los encuentro, los releo, y me hacen bien, también los modifico, los
actualizo, por eso los comparto con mi gente, la que me rodea cotidianamente y también
aquí, con los lectores que me siguen.
Espero, tengo la esperanza que les
será también útil a ustedes, cada tanto compartiré alguno de los innumerables
apuntes que poseo sobre diversas temáticas.
Siempre es beneficioso recordar que
tanto nuestra salud física y mental, como nuestra fortuna en cada uno de los
avatares de la vida dependen plenamente de nuestra actitud mental.
Si nuestro estado psíquico nos
provee de la confianza en nosotros mismos estaremos alegres y con salud, en la
ruta correcta hacia el triunfo, sin zozobras que no podamos sobrellevar con
éxito.
Poniendo nuestros pensamientos
siempre en positivo tendremos buena vida y alcanzaremos todos nuestros
objetivos.
Debemos efectuar un gran esfuerzo
mental para alejar de nuestra mente pensamientos negativos, así como también
alejarnos de las situaciones y personas negativas, pues estas no nos atraerán otra
cosa que eventos negativos, neutralizando nuestras posibilidades físicas y
psíquicas de disfrutar plenamente de nuestras vidas.
Debemos ser nosotros mismos los
dueños de nuestros destinos.
Si nosotros frecuentamos, así sea
de somera manera y durante breves momentos, a personas sin objetivos nobles,
cínicas, siempre dispuestas a criticar a todas las personas o hechos
cualesquiera sean, no dudemos que adquiriremos algunas de sus bajezas mentales
destruyendo nuestras capacidades y afectando de diversas formas nuestra salud,
sin que nos demos cuenta que son esas personas la causa de nuestros malestares.
A su vez estos nefastos personajes,
que los hay, y no son pocos, se cargarán de nuestras energías positivas
beneficiándose a costa nuestra, mermando las nuestras.
Si creemos vehementemente, con
mucha fuerza, en nuestras capacidades, todos los que nos circundan percibirán
nuestro poder.
No obstante, si frecuentamos
personalidades bajas y maliciosas, ellos nos quitarán ese poder y nos
traspasarán sus influencias negativas, sin que nosotros lo percibamos,
perjudicándonos en lo referente a nuestro cuerpo, nuestra psique, a nuestro
entorno familiar, social y laboral.
Por lo cual, es imprescindible que
nuestros amigos y simpatías se encuentren en un nivel psíquico similar al
nuestro.
Es falso y negativo considerar que
el ser humano tiene la obligación de escuchar y confraternizar con congéneres
aciagos y desgraciados en lo referente al cuerpo, la mente y la fortuna, pues
de proceder así nos perjudicamos al mismo tiempo que beneficiamos al infame
individuo.
No hay otra manera de evitar que nos
perjudiquen estas personas malignas, que la de alejarnos definitivamente de
ellas, sin tenerles más lástima ni ningún tipo de consideración, esta decisión
no afectará nuestra moral ni inquietará nuestra
consciencia.
Pues estas lacras humanas nos
perjudican en cuerpo y mente, al tiempo que nos impiden progresar en nuestra
vida.
A esta altura de la lectura (aquellos
que aun siguen leyendo este post) tal vez se pregunten:
¿Debo huir de la sociedad?
¿Debo vivir en soledad?
¿Debo vivir en soledad?
No pensemos que debemos aislarnos
completamente del resto de la sociedad.
No, en absoluto, al contrario sólo debemos
abandonar a esos miserables que nos hacen daño con su sola presencia —ni hablar
de escuchar lo que dicen— y tener fe en nosotros mismos, debemos aprender a
tener confianza en nosotros mismos, y de esta manera estaremos casi sin darnos
cuenta en otros ambientes, con personas dignas de compartir momentos agradables
en nuestra vida.
Alejémonos de los imbéciles, de aquellos que viven criticando y maldiciendo a todo y a todos —no les tengamos lástima— y pronto nuestra vida cambiará por completo en todo sentido, y nuestra salud física y mental mejorará cada vez más.
¡¡ SÉ FELIZ !!
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