martes, 5 de febrero de 2013

MEJOREMOS NUESTRA VIDA








MEJOREMOS NUESTRA VIDA



Conocí, y conozco —pues aun perdura en su inútil pervivencia— a un hombre tan imbécil como infeliz.

 


No fue ni es feliz, ni soporta que los demás sean felices, maldice la felicidad ajena, ni siquiera soporta la bonanza de las aves que vuelan en libertad y cantan a la naturaleza, o a un perro que disfruta frotándose el lomo sobre el pasto sacudiendo sus patas hacia arriba.




Se trata de un sujeto retrógrado e insocial, aborrece la modernidad y todo adelanto tecnológico. Crítico acérrimo de todos aquellos quienes se sirven de una computadora en su vida cotidiana, para trabajar, curar, educar, educarse, comunicarse o dedicarse al ocio creativo como escuchar música, etc. Odia la tecnología y a quienes la utilizan. Odia todo. 


No logro entender cómo un ser “humano” así, puede vivir con tanto odio dentro de sí. Pobre tipo. Recoge de su hábitat lo que ha sembrado en toda su aciaga y tristísima existencia.


 


Su pobre caudal cultural se reduce a la escasa lectura incompleta de algunas novelitas de Agatha Christie.

  
Ocultándose en las sombras de la noche, durante meses estuvo acarreando piedras con un balde, hasta un predio público con césped, para colmarlo con las mismas, convirtiendo el sitio verde en un horrible pedregal, para evitar que los niños del barrio puedan jugar a la pelota.
 



Es poseedor de una gran fortuna que jamás disfrutará. Pese a ello, sigue madrugando, aun con intemperies muy adversas para un anciano enclenque como él, para cirujear y continuar acumulando más dinero al tiempo que va atesorando más odio hacia la humanidad y la naturaleza.



Con tanta riqueza acumulada, vive en una cueva de cemento, donde cuesta respirar, pues se trata de un cubículo roñoso y maloliente sin la ventilación adecuada.

En el barrio lo llaman “el barrendero loco” o “el sapo viejo, panzón y arrugado”, tal desprecio le destila la gente al mencionarlo.

Es despreciado por todos los que han tenido la desdicha de conocerlo, este es el fruto de recoger lo que ha sembrado en su existencia mundana.

Es un ser muy malvado, pues él sabe que con esta conducta de andar buscando por la calle y entre las basuras de la zona, con el fin de encontrar alguna cosa de provecho, le quita la oportunidad a personas muy pobres, verdaderos lúmpenes sociales marginados de todo, que no poseen otros medios para obtener unas chirolas para llevar algo de comida a sus muy paupérrimos hogares.
  

 



Pero él lo sabe, el muy maldito sapo panzón arrugado lo sabe, y se regocija de ello, alardea que le quita a esos pobres la oportunidad de obtener algo para comer, él dice que “ellos no merecen comer”.

 


Un día sentado al borde de un lago, al cual acudo a veces a disfrutar de la naturaleza, medité sobre este abyecto personaje de la vida real, aunque paradojalmente no es un protagonista sino un espectador, un atisbador de la vida que pasa delante de sus narices, mientras él se desespera ansiando la desgracia de los demás, tanto se trate de vegetales, animales o humanos; incluso odia a los días hermosos porque la gente sale a disfrutar, adora los días de tormenta, porque la gente no puede salir a gozar en alegría de lo que prodiga Natura.

 


No pensemos, ni nos acerquemos a esta clase de personajes, no debemos contar para nada con estas personas negativas y tan cargadas de mala onda, pesimismo y aversiones, como el personaje al cual me refiero, lleno de odio hacia su medio ambiente social, familiar, laboral, vecinal, hacia las mujeres, las criaturas, los jóvenes, las parejas, los perros, los pájaros, las familias que salen a disfrutar del fin de semana.




Esto que he mencionado es un caso real, y existen demasiados tipos negativos como este, seguro que vos lector de mi Blog conocés o conociste a alguno o algunos de estos siniestros especímenes miserables y contaminantes.

¿Cierto?




En mi caso, yo frecuentaba a este paria de la vida, por la lástima que me inspiraba su despreciable pervivir, al verlo siempre solo, amargado con la vida, peleado con el mundo, mejor dicho con sus "tres mundos": su tenebroso mundo interior, el sombrío mundo que él se inventó y con el mundo real.

Pero, yo ya tomé la decisión, justa, cabal, lo mandé a la mierda. Sin misericordia alguna. Que siga siendo infeliz y que contamine de mala onda y negativismo a los tontos que aun lo tratan por lástima.

Sólo frecuento personas positivas, optimistas, que aman la vida y la naturaleza, ¡personas sanas de mente! Sin odios hacia todo aquello que no sean ellos mismos.




En fin… ¡Vivamos!
 



RELEYENDO MIS APUNTES


Releyendo mis apuntes de no sé dónde; cada tanto los encuentro, los releo, y me hacen bien, también los modifico, los actualizo, por eso los comparto con mi gente, la que me rodea cotidianamente y también aquí, con los lectores que me siguen.

Espero, tengo la esperanza que les será también útil a ustedes, cada tanto compartiré alguno de los innumerables apuntes que poseo sobre diversas temáticas.

Siempre es beneficioso recordar que tanto nuestra salud física y mental, como nuestra fortuna en cada uno de los avatares de la vida dependen plenamente de nuestra actitud mental.

Si nuestro estado psíquico nos provee de la confianza en nosotros mismos estaremos alegres y con salud, en la ruta correcta hacia el triunfo, sin zozobras que no podamos sobrellevar con éxito.

Poniendo nuestros pensamientos siempre en positivo tendremos buena vida y alcanzaremos todos nuestros objetivos.

Debemos efectuar un gran esfuerzo mental para alejar de nuestra mente pensamientos negativos, así como también alejarnos de las situaciones y personas negativas, pues estas no nos atraerán otra cosa que eventos negativos, neutralizando nuestras posibilidades físicas y psíquicas de disfrutar plenamente de nuestras vidas.

Debemos ser nosotros mismos los dueños de nuestros destinos.

Si nosotros frecuentamos, así sea de somera manera y durante breves momentos, a personas sin objetivos nobles, cínicas, siempre dispuestas a criticar a todas las personas o hechos cualesquiera sean, no dudemos que adquiriremos algunas de sus bajezas mentales destruyendo nuestras capacidades y afectando de diversas formas nuestra salud, sin que nos demos cuenta que son esas personas la causa de nuestros malestares.

A su vez estos nefastos personajes, que los hay, y no son pocos, se cargarán de nuestras energías positivas beneficiándose a costa nuestra, mermando las nuestras.

Si creemos vehementemente, con mucha fuerza, en nuestras capacidades, todos los que nos circundan percibirán nuestro poder.

No obstante, si frecuentamos personalidades bajas y maliciosas, ellos nos quitarán ese poder y nos traspasarán sus influencias negativas, sin que nosotros lo percibamos, perjudicándonos en lo referente a nuestro cuerpo, nuestra psique, a nuestro entorno familiar, social y laboral.

Por lo cual, es imprescindible que nuestros amigos y simpatías se encuentren en un nivel psíquico similar al nuestro.

Es falso y negativo considerar que el ser humano tiene la obligación de escuchar y confraternizar con congéneres aciagos y desgraciados en lo referente al cuerpo, la mente y la fortuna, pues de proceder así nos perjudicamos al mismo tiempo que beneficiamos al infame individuo.

No hay otra manera de evitar que nos perjudiquen estas personas malignas, que la de alejarnos definitivamente de ellas, sin tenerles más lástima ni ningún tipo de consideración, esta decisión no  afectará nuestra moral ni inquietará nuestra consciencia.

Pues estas lacras humanas nos perjudican en cuerpo y mente, al tiempo que nos impiden progresar en nuestra vida.

A esta altura de la lectura (aquellos que aun siguen leyendo este post) tal vez se pregunten:

¿Debo huir de la sociedad? 

¿Debo vivir en soledad?

No pensemos que debemos aislarnos completamente del resto de la sociedad.

No, en absoluto, al contrario sólo debemos abandonar a esos miserables que nos hacen daño con su sola presencia —ni hablar de escuchar lo que dicen— y tener fe en nosotros mismos, debemos aprender a tener confianza en nosotros mismos, y de esta manera estaremos casi sin darnos cuenta en otros ambientes, con personas dignas de compartir momentos agradables en nuestra vida.



Alejémonos de los imbéciles, de aquellos que viven criticando y maldiciendo a todo y a todos —no les tengamos lástima— y pronto nuestra vida cambiará por completo en todo sentido, y nuestra salud física y mental mejorará cada vez más.


 
 



¡¡ SÉ FELIZ !!


 
  

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