Un payaso de 95
años que sigue arrancando sonrisas
(época actual año
2012)
Floyd “Creeky” Creekmore hace uno de los actos más discretos del
circo: camina con sus enormes zapatos entre la multitud, haciendo trucos de
magia y arrancando risas y gestos de asombro a los niños, quienes miran las
arrugas de su rostro, debajo del maquillaje.
A los 95 años, el ex trabajador agrícola de Montana recientemente reconocido como el payaso de más edad que sigue activo en el mundo, tiene menos trucos bajo la manga.
A los 95 años, el ex trabajador agrícola de Montana recientemente reconocido como el payaso de más edad que sigue activo en el mundo, tiene menos trucos bajo la manga.
Dejó de hacer malabares hace años luego de una apoplejía, y ya no
emplea la bicicleta que alguna vez formó parte de su actuación.
Pero cuando el circo Shrine viene a Billings, donde vive Creekmore con su esposa Betty, de 96 años, Creeky el payaso vuelve a la vida.
En su casa, Creekmore se pone una chaqueta multicolor, una peluca anaranjada con un sombrero amarillo y una nariz de goma. Cuidadosamente amarra los cordones de sus zapatos.
Si su temblorosa mano traza una línea torcida en un lado de su rostro, Creekmore simplemente hace lo mismo en el otro lado.
“Me quedo lejos de la multitud para que no lo noten”, dice.
Pero cuando el circo Shrine viene a Billings, donde vive Creekmore con su esposa Betty, de 96 años, Creeky el payaso vuelve a la vida.
En su casa, Creekmore se pone una chaqueta multicolor, una peluca anaranjada con un sombrero amarillo y una nariz de goma. Cuidadosamente amarra los cordones de sus zapatos.
Si su temblorosa mano traza una línea torcida en un lado de su rostro, Creekmore simplemente hace lo mismo en el otro lado.
“Me quedo lejos de la multitud para que no lo noten”, dice.
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