jueves, 15 de noviembre de 2012

LA CEBOLLA




En esta ocasión me voy a referir a la cebolla; pero... aparte del disfrute gastronómico si es de tu agrado, si a vos te conviene su ingesta o no, eso se lo preguntás a tu médico.


 LA  CEBOLLA

Siendo originaria de Asia se ha adaptado muy bien a diferentes suelos y climas, también la tenemos en abundancia y en óptima calidad entre nosotros.

A América llegó en el año 1.648 con los colonos Pilgrims, que eran unos religiosos peregrinos provenientes del Mayflowers (nombre del navío que los trajo a América desde Inglaterra).

Se consume cruda o cocinada, como manjar o como condimento.

Según información datada en jeroglíficos egipcios, esculpidos en piedra ya hace 3.200 años antes de nuestra era, se le reconocen su influencia benefactora a la salud.

Existe plena evidencia donde se refiere que los atletas griegos que intervenían en los severos juegos olímpicos comían varios kilos de cebolla durante los días previos a tales eventos.

Es rica en vitaminas A, B, C y E, también en minerales: potasio, fósforo, calcio, magnesio; posee aminoácidos importantes para el buen funcionamiento del organismo como: ácido glutámico, arginina, glicina, licina, leucina (estos aminoácidos son llamados indispensables o esenciales, porque el organismo necesita ingerirlos para funcionar normalmente, ya que es incapaz de sintetizarlos, esto es importantísimo); y por supuesto agua.

Estás propiedades que serían activas en el organismo se pierden al cocinarla, pues sólo quedan entonces algo de sus fibras, agua y minerales, pues los aminoácidos, proteínas y vitaminas se destruyen con el calor.

Posee escaso valor calórico, la cual la hace propicia para incluirla en dietas adelgazantes. 

Desde la antigüedad se le reconocen propiedades beneficiosas como diurético en afecciones tales como "debilidad", pulmonares, digestivas, renales, articulares, circulatorios, insomnio, calvicie, caspa, diabetes, colesterol, hipertensión, impotencia y constipación. 

¡Imposible creer todo esto!, sin fundamento científico que lo corrobore, no obstante hay personas que todo se lo creen, en especial si le lo cuenta alguien que no es médico, ¡es increíble la mente de algunos humanos!

Seguramente la cebolla no será la panacea que cura todo padecimiento, pero si alguien necesita alguno de sus componentes podría beneficiarse con su ingesta, por lo cual la última palabra como siempre la tendrá tu médico. 

¡Salud y buen provecho! 
 






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