En esta ocasión me voy a referir a la cebolla; pero...
aparte del disfrute gastronómico si es de tu agrado, si a vos te conviene su
ingesta o no, eso se lo preguntás a tu médico.
LA CEBOLLA
Siendo originaria de Asia se ha adaptado muy bien a
diferentes suelos y climas, también la tenemos en abundancia y en óptima
calidad entre nosotros.
A América llegó en el año 1.648 con los colonos
Pilgrims, que eran unos religiosos peregrinos provenientes del Mayflowers
(nombre del navío que los trajo a América desde Inglaterra).
Se consume cruda o cocinada, como manjar o como
condimento.
Según información datada en jeroglíficos egipcios,
esculpidos en piedra ya hace 3.200 años antes de nuestra era, se le reconocen
su influencia benefactora a la salud.
Existe plena evidencia donde se refiere que los atletas
griegos que intervenían en los severos juegos olímpicos comían varios kilos de
cebolla durante los días previos a tales eventos.
Es rica en vitaminas A, B, C y E, también en minerales:
potasio, fósforo, calcio, magnesio; posee aminoácidos importantes para el buen
funcionamiento del organismo como: ácido glutámico, arginina, glicina, licina,
leucina (estos aminoácidos son llamados indispensables o esenciales, porque el
organismo necesita ingerirlos para funcionar normalmente, ya que es incapaz de
sintetizarlos, esto es importantísimo); y por supuesto agua.
Estás propiedades que serían activas en el organismo se
pierden al cocinarla, pues sólo quedan entonces algo de sus fibras, agua y
minerales, pues los aminoácidos, proteínas y vitaminas se destruyen con el
calor.
Posee escaso valor calórico, la cual la hace propicia
para incluirla en dietas adelgazantes.
Desde la antigüedad se le reconocen propiedades beneficiosas
como diurético en afecciones tales como "debilidad", pulmonares,
digestivas, renales, articulares, circulatorios, insomnio, calvicie, caspa,
diabetes, colesterol, hipertensión, impotencia y constipación.
¡Imposible creer todo esto!, sin fundamento científico
que lo corrobore, no obstante hay personas que todo se lo creen, en especial si
le lo cuenta alguien que no es médico, ¡es increíble la mente de algunos
humanos!
Seguramente la cebolla no será la panacea que cura todo
padecimiento, pero si alguien necesita alguno de sus componentes podría
beneficiarse con su ingesta, por lo cual la última palabra como siempre la
tendrá tu médico.
¡Salud y buen provecho!
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