DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
Fue político, filósofo, pedagogo,
escritor, docente, periodista, estadista y militar argentino; gobernador de la
Provincia de San Juan entre 1862 y 1864 y presidente de la Nación Argentina
entre 1868 y 1874.
Se destacó tanto por su laboriosa
lucha en la educación pública como a contribuir al progreso científico y
cultural de su país.
Nació el 15 de febrero de 1811, en Carrascal uno de los barrios más pobres de la
ciudad de San Juan, falleció el 11 de septiembre de 1888 en Asunción, Paraguay.
Sus padres fueron, José Clemente
Quiroga Sarmiento y Ana Paula Albarracín.
Cuando tenía 5 años ya sabía leer y
escribir y a los 15 años ya era maestro y había fundado su primera escuela en
San Francisco del Monte de Oro (provincia de San Luis) donde ya se desempeñaba
como maestro de un grupo de alumnos que lo superaban en edad.
En 1823, el gobernador Manuel Quiroga,
lo envía a prisión por sus ideas democráticas y progresistas.
Tras su liberación, Domingo Faustino
Sarmiento abraza la causa unitaria y se incorpora el ejército de José María
Paz.
En 1931 se ve obligado a emigrar a
Chile, donde trabaja como maestro, minero y empleado de comercio.
Regresa a su ciudad natal tiempo
después y funda la Sociedad Literaria (1838), un colegio para señoritas y el
periódico "El Zonda".
Por sus críticas al gobierno debe
emigrar nuevamente a Chile, donde ejerció el periodismo y cultivó la
literatura.
La labor de Domingo Faustino Sarmiento
como pedagogo es reconocida por la Universidad de Chile nombrándolo miembro
fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Regresó al país en 1855 y fue nombrado
gobernador de San Juan (1862), puesto desde el que impulsó la educación pública
y la guerra contra los caudillos.
En 1868 se realizan elecciones
nacionales, siendo elegido candidato por un grupo de políticos del país y
tiempo después Domingo Faustino Sarmiento fue elegido presidente de la
República (1868–1874).
Siendo presidente impulsó el
desarrollo de las obras públicas y de las ciencias, promovió la educación y
fundó el departamento de Agricultura, el Colegio Militar y la Escuela Naval.
Durante su mandato concluyó la guerra del Paraguay, en la que murió su hijo
Dominguito (1866).
En 1887 viaja al Paraguay junto a su
hija, donde intenta contribuir con el progreso del país, muriendo un año
después en Asunción.
Domingo Faustino Sarmiento realizó una
importante contribución al saber gracias al aporte que realizó como promotor
del progreso científico y una acción y prédica constante a favor de la
enseñanza y creación de instituciones científicas y culturales.
De su obra literaria, se destacan:
"Facundo o Civilización y Barbarie", inspirado en el caudillo riojano
Facundo Quiroga; "Recuerdos de Provincia", de corte autobiográfico;
"Viaje", donde cuenta sus experiencias en el extranjero; "Vida
de Dominguito", que narra la vida de su hijo adoptivo muerto en Paraguay;
"Educación Popular"; "Método de Lectura Gradual"; Mi
defensa; Campaña del Ejército Grande; Comentario a la Constitución de la
Confederación Argentina; Las escuelas, bases de la prosperidad.
UNA ANÉCDOTA DE SARMIENTO
El primer censo en el país, lo hizo Sarmiento en el año 1869. A los 6
meses de haber asumido un asistente le dice: “permiso señor presidente: aquí
tiene los datos del censo”. Sarmiento lee con atención:
POBLACIÓN:
1.830.000 HABITANTES
ANALFABETOS: 87%
Llama a su
secretario y le da la siguiente orden:
"Esta tarde. Reunión
de gabinete de ministros".
En la reunión
Sarmiento les dijo:
"Señores ministros.
Ante los primeros datos del censo voy a proclamar mi primera política de estado
por un siglo":
¡¡¡ ESCUELAS, ESCUELAS, ESCUELAS !!!
Y en su gestión de gobierno construyó 1.117
escuelas (una cada 2 días, contando sábados y domingos), más la escuela naval, más el colegio militar, más la compra de la flota de mar,
más los rieles, que eran en longitud más que la suma de todos los rieles de
América, más el telégrafo a chile, más el código civil redactado por Vélez
Sarsfield, más el banco nacional (así se llamó al principio).
En la universidad
nacional de Córdoba cuando inauguraban la Academia Nacional de Ciencias,
dispuesta por Sarmiento en su presidencia, el presidente Avellaneda lo invita a
hablar...
Ya estaba medio sordo y lo primero que dice es:
“Señores, veo en este salón de grado repleto, que no hay una sola mujer
que nos acompañe, pero yo les auguro que dentro de un siglo, la argentina en
sus universidades, va a tener más mujeres que hombres”.
Cuando deja la presidencia en el año 1874 se da cuenta que no tiene
casa propia.
Se va a vivir con su hija Faustina mientras piensa como resolver su situación.
Se va a vivir con su hija Faustina mientras piensa como resolver su situación.
El problema era que no tenía medios para comprar una vivienda.
Había estado tan ocupado en hacer la grandeza
del país que se había olvidado de sí mismo.
Cuando lo entierran
en la recoleta el 21 de septiembre de 1888, al despedir sus restos, Carlos
Pellegrini dice:
“Se va el cerebro
más poderoso que haya producido América”
AlGUNAS DE SUS FRASES EXCELSAS
¡Bárbaros! Las ideas no se matan.
Cuando los hombres honrados se van a
su casa, los pillos entran en la de gobierno.
El buen salario, la comida abundante,
el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño.
El detalle de una batalla lo da el que
triunfa.
Era el que más sabia... Pero el que
menos entendía.
Es la educación primaria la que
civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la
civilización.
Es la práctica de todos los tiranos
apoyarse en un sentimiento natural, pero irreflexivo, de los pueblos, para
dominarlos.
Escribo como medio y arma de combate,
que combatir es realizar el pensamiento.
Fui nombrado presidente de la
República, y no de mis amigos.
Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo:
todo está en los humildes bancos de la escuela.
La ignorancia es atrevida.
Las escuelas son la base de la
civilización.
Lo escrito permanece.
Los discípulos son la mejor biografía
del maestro.
Los pueblos no tienen un carácter
activo en los sucesos.
Sufren, pagan y esperan.
No está prohibido que un hermano del
presidente fuese ministro, pero la decencia lo impide.
Puede juzgarse el grado de
civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.
Su Constitución es un monumento: es
usted el legislador del buen sentido bajo las formas de la ciencia.
Toda la historia de los progresos
humanos es la simple imitación del genio.
Todos los problemas son problemas de
educación.
Yo sigo sin rumbo, sin blanco fijo,
cediendo a impulsos que me llevan adelante.
También dijo:
"Las palabras: ARGENTINO e
IGNORANTE
se escriben con las mismas letras.
Luchemos para que no se transformen en
sinónimos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario