martes, 18 de septiembre de 2012

EL TE Y LA AMISTAD













EL TE Y LA AMISTAD


Conceptos acerca del té y la amistad 
reseñados sobre pensamientos de Lin Yutang

No creo que, desde el punto de vista de la cultura y la felicidad humanas, haya habido en la historia de la humanidad inventos más significativos, más vitalmente importantes y de mayor contribución a nuestro deleite de la holganza, la amistad, la sociabilidad y la conversación, que los inventos de beber vino y té.

Ambos tienen varias características en común: primero de todo, que contribuyen a nuestra sociabilidad; segundo, que no nos llenan el estómago, como la comida, y pueden ser disfrutados, por consiguiente, entre las comidas; y tercero, pueden ser percibidos agradablemente a través de la nariz, porque actúan sobre nuestro sentido del olfato.

Tan grande es su influencia sobre la cultura, que tenemos tabernas y casas de té.

En China e Inglaterra, por lo menos, beber té ha llegado a ser una institución social.

El regodeo adecuado de la bebida y del té sólo se puede desarrollar en una atmósfera de holganza, amistad y sociabilidad.

Solamente con personas dotadas del sentido de la camaradería, extremadamente selectos en cuanto se trata de formar amistad, y provistas de un amor natural por la vida holgazana, se hace posible el pleno disfrute de la bebida y el té.

Si se les quita la pecualiaridad de sociabilidad, estos elementos no tienen significado.

El placer de estos eventos, como el placer de la luna, la nieve y las flores, debe ocurrir en la debida compañía.

Cualquiera que desea aprender a disfrutar la vida, como condición absolutamente necesaria debe encontrar amigos del mismo tipo de temperamento, y preocuparse tanto por ganar y mantener su amistad.

El ambiente, pues, es lo que vale.

Primero, las amistades con quienes ha de compartir ese deleite.

Debe elegir diversos tipos de amistades para diferentes tipos de ambiente.

Después de elegir y formar amistades para la debida satisfacción de diferentes ocasiones, busca uno el ambiente adecuado.

El té se ha concebido para las compañías tranquilas, como el vino para ruidosas fiestas.

Hay en el carácter del té algo que nos conduce a un mundo de quieta contemplación de la vida.

Sería desastroso beber té mientras en torno lloran unos niños, o con mujeres de voz potente, u hombres que hablan de política; tal como recoger té en un día lluvioso o nublado.

Recogido en la primera alborada de un día claro, cuando el aire matutino sobre la montaña es aún ligero y despejado, y todavía está en las hojas la fragancia del rocío, el té queda por siempre asociado con la fragancia y el refinamiento del mágico rocío cuando de él se goza.

El té es, símbolo de la pureza terrena; exige la más minuciosa limpieza en su preparación, desde que se le recoge, tuesta y conserva, hasta la infusión final, hasta beberlo: fácil es trastornarlo o arruinarlo con la más leve contaminación de manos o tazas grasosas.

La esencia de disfrutar del té reside en la apreciación de su olor, fragancia y sabor, y los principios de la preparación son refinamiento, sequedad y limpieza.

Es necesario, pues, un elemento de quietud para la apreciación de estas cualidades, una apreciación que proviene de un hombre que puede "mirar a un mundo acalorado con una cabeza fría".

Debe ser pequeña también la compañía.

Porque: "al beber té es importante que los huéspedes sean pocos. Muchos huéspedes harían ruido, y el ruido le resta culto encanto. Beber té a solas se llama beber retirado; beber de a dos es estar cómodos; tomarlo con tres o cuatro se llama encantador; tomarlo con cinco o seis se llama vulgar; y beberlo con siete u ocho se llama (despreciativamente) filantrópico."






MOMENTOS ADECUADOS 
PARA TOMAR TE

Cuando se tienen el corazón y las manos ociosas.
Cansado después de leer poesía.
Cuando están perturbadas las ideas.
Si se escuchan canciones y cantilenas.
Cuando se termina una canción.
Encerrado en el hogar durante una fiesta.
Tocando el chin y mirando pinturas.
Dedicado a la conversación muy tarde en la noche.
Ante una clara ventana y un escritorio limpio.
Con amigos encantadores y gráciles concubinas.
De regreso de una visita a los amigos.
Cuando el día es claro y dulce la brisa.
En un día de leves chaparrones.
En un bote pintado cerca de un puentecito de madera.
En un bosque de altos bambúes.
En un pabellón que mira sobre flores de loto en un día de verano.
Después de haber encendido incienso en un pequeño estudio.
Después de terminada una fiesta y marchados los huéspedes.
En un templo tranquilo, escondido.
Cerca de manantiales famosos y rocas extrañas.






MOMENTOS EN QUE SE DEBE 
CESAR DE BEBER TE

Trabajando.
Mirando un juego.
Abriendo cartas.
Durante grandes lluvias o nevadas.
En un largo festín de vinos con gran compañía.
Revisando documentos.
En días atareados.
En las condiciones contrarias, en general, a las enumeradas en la sección anterior.






COSAS QUE SE DEBEN EVITAR

Agua mala.
Utensilios malos.
Cucharas de bronce.
Marmitas de bronce.
Jarras de madera (para el agua).
Madera en el fuego (a causa del humo).
Carbón de leña blando.
Sirviente ordinario.
Doncella de mal talante.
Trapos sucios.
Toda clase de incienso y remedios.







COSAS Y LUGARES 
QUE HAY QUE TENER LEJOS

Cuartos húmedos.
Cocinas.
Calles ruidosas.
Niños llorones.
Personas acaloradas.
Sirvientes discutidores.
Cuartos calientes.






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