jueves, 21 de marzo de 2013

LA MARIONETA - Edmundo Valadés






LA MARIONETA

Edmundo Valadés


El marionetista, ebrio, se tambalea mal sostenido por invisibles y precarios hilos.


Sus ojos, en agonía alucinada, no atinan la esperanza de un soporte. 


Empujado o atraído por un caos de círculos y esguinces, trastabilla sobre el desorden de un camerino, eslabona angustias de inestabilidad, oscila hacia el vértigo de una inevitable caída. 


Y en última y frustrada resistencia, se despeña al fin como muñeco absurdo.

La marioneta —un payaso cuyo rostro de madera asoma, tras el guiño sonriente, una nostalgia infinita— ha observado el drama de quien le da transitoria y ajena locomoción. 


Sus ojos parecen concebir lágrimas concretas, incapaz de ceder al marionetista la trama de los hilos con los cuales él adquiere movimiento.


  
 

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