Releyendo apuntes tomado de
la lectura de diversos autores insignes en sus respectivas materias, hoy
comparto parte de ellos contigo, estimado lector de mi Blog.
Yo El Blogger.
CORRIGIENDO EL PENSAMIENTO DEFECTUOSO
A menudo suponemos que el pensamiento de la otra persona es incorrecto, sin
considerar siquiera si el problema real se halla en realidad en nuestro propio
pensamiento.
Tendemos a elevar nuestras observaciones limitadas y nuestras plausibles
opiniones al nivel de hechos seguros y de conclusiones infalibles.
La fe ciertamente tiene una parte en la lógica, pero con demasiada
frecuencia le damos la parte equivocada.
Sabemos qué es lo que queremos creer, y por ende concluimos que ello debe
ser verdadero.
Pero eso no es necesariamente así.
Necesitamos reconocer qué método de razonamiento estamos usando, y cuáles
son los límites de ese método de razonamiento.
MEDITANDO
En la vida lo inesperado es
lo habitual.
El triunfo se fundamenta en
el valor; ya sea este mental o físico.
Cada acción tiene dos fases:
la acción por medio de la cual ejecutamos la cosa en sí misma, y la manera como
ponemos en juego esta acción.
A cuyo resultado hemos de
llegar indefectiblemente gracias al cultivo de la reflexión.
La cualidad o condición
mental de la impaciencia, con todas sus consecuentes acciones, no tiene más
base ni fundamento que el miedo.
El miedo no es más, en el
fondo, que la propia mente, o bien, la carencia de dominio sobre la clase de
pensamientos que exteriorizamos cuando una cosa la sentimos desagradable, es a
causa de que se ha negado la mente a poner en ella toda la fuerza y toda la
atención que exigía.
Cuando persistimos en
proceder así, aunque sea inconscientemente, toda acción se nos hace molesta y
desagradable, pues no ponemos en ella la energía necesaria para hacerlo con
facilidad.
La completa pobreza, la
prosperidad, la paz, muchedumbre o el aislamiento no son favorables al progreso
humano.
El hombre alcanzaría
probablemente su desarrollo óptimo en la atmósfera psicológica creada gracias a
una cierta proporción de seguridad económica, bienestar, privaciones y lucha.
Los progresos fisiológicos y
mentales del individuo dependen de su actividad funcional y de sus esfuerzos.
El progreso del hombre no ha de
venir de un aumento de peso o de longevidad.
Nuestro destino se halla en
nuestras manos.
Cada hombre es una historia
distinta de todas las demás.
El hombre ha caído en la
indiferencia para todo lo que no sea dinero.
Para el progreso del
individuo son esenciales dos condiciones: relativo aislamiento y disciplina.
Donde hay vida hay “lucha por
la vida”, como decía José Ingenieros, para esta lucha todas las especies
vivientes poseen medios especiales de protección o de ofensa.
De esta interacción mutua
surge la adaptación al ecosistema.
Los hombres se adaptan más a
las diversas contingencias cotidianas para sobrevivir en la jungla de cemento
cuanto más intelecto desarrollan y cultura acumulada posean.
Esto está totalmente matizado
por la idiosincrasia de cada uno de los animales humanos, nosotros.
El hombre no sólo dura, sino
que vence sin cesar las dificultades y los peligros del mundo exterior.
Se acomoda, mucho mejor que
los demás animales, a las condiciones variables del medio que lo rodea.
Persiste en vivir a pesar de
los trastornos físicos, psíquicos, económicos y sociales (políticos,
dictaduras, gobiernos autoritarios y corruptos, opresiones injustas e inhumanas).
Esta extraña función... se
llama adaptación.
Hay aspectos de adaptación
internos o externos.
Los internos se ponen en
evidencia ante algún trauma que agrede y provoca lesiones, entonces se produce
la regeneración automática de los tejidos y la curación de las enfermedades,
etc..
Los externos acoplan al
individuo al mundo físico, psíquico, social y económico.
Le permite sobrevivir a pesar
de las condiciones desfavorables de su medio ambiente.
Son la base indispensable de
nuestra duración como especie en el planeta.
Todas las partes del cuerpo
contribuyen a la concatenación de los fenómenos fisiológicos.
Todas se orientan hacia el
fin perseguido.
Por ejemplo: la reconstrucción de las estructuras destruidas. Así
es como tiene lugar un número inmenso de fenómenos químicos, nerviosos,
circulatorios y estructurales. Están encadenados unos a otros.
Cada uno de los fenómenos es
la consecuencia del fenómeno anterior.
Las funciones de adaptación
dan una respuesta apropiada a cada una de las modificaciones del medio
ambiental, por eso el hombre puede soportar las modificaciones del mundo exterior.
Cuando las defensas naturales
son insuficientes, se producen las lesiones, etc..
Las condiciones duras de la
existencia y una responsabilidad mayor pueden devolver la energía moral y la
audacia a la mayoría de aquellos que las han perdido.
Reflexionando, luego de
volver a releer una vez más mis ensayos y apuntes de algunos filósofos, pienso
con cuanta asiduidad en nuestra sociedad actual, comprobamos la certeza
inclaudicable de ese antiguo refrán que versa:
“El que sabe, sabe, y el que
no sabe, dirige a los demás”.
Al comprobar cotidianamente
la estrechez de criterio de algunos especímenes humanos (de alguna manera debo
denominarlos, aunque sea eufemísticamente, y con educación por supuesto) ocupan
lugares preponderantes en nuestra sociedad, llevando a límites insospechados
por lo nefastos, el derrotero del barco que timonean.
Y, no sólo son culpables
quienes ocupan semejantes puestos con gran autoridad en la toma de decisiones y
manejo de personas (y de masas generalmente) también son culpables quienes se
lo permiten, teniendo en sus manos el poder y la decisión de cambiar y
reemplazar a “las personas” y encaminar el barco hacia un nuevo y correcto
rumbo.
Quienes permiten esto,
seguirán en la misma tesitura, tal vez por ignorancia, por complicidad, por conveniencia,
económica u otro beneficio, dádivas rastreras, prebendas a laderos, por
imbéciles o cerebros lavados, incapaces de razonar por sí mismos, y crédulos de
lo que les digan sin pruebas fehacientes que demuestren la veracidad de sus
aseveraciones.
¡Basta ya del lema dogmático!
:
“Si no opinás como yo sos mi
enemigo”
Hay que respetar más.
El disenso es bueno.
Ganamos todos.
Lo que ocurre es
contrafáctico, indigna y no deja de asombrar y se espera que se corrija y pidan
disculpas los responsables de haber ocasionado esta catástrofe social y
económica.
Esto...
¿Será posible?
¡Basta ya del rosario de
promesas demagógicas!
Los seres mediocres e
insensibles, jamás reconocen sus errores y los atribuyen a los demás.
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