LA ANÉCDOTA
Baldomero Fernández Moreno fue un médico rural que ejerció la medicina solamente durante 12 años, pues prefirió dedicar su vida a su verdadera pasión: la poesía.
En “una ronda” o “pase de sala” de Hospital, estaban todos los médicos alrededor de su jefe “haciendo el pase de sala”, esto es el recorrido que efectúan todos los médicos de una sala, donde cada médico encargado de cada paciente, le manifiesta al jefe en presencia de los demás colegas del pabellón, la evolución del enfermo.
El Jefe de Sala hacía cometarios, impartía algunas indicaciones e interrogaba a los demás asistentes procurando la opinión de ellos al tiempo de enseñar y evaluar a sus discípulos.
En una de esas rondas el Jefe le pregunta al joven y novel Dr. Fernández Moreno, su opinión sobre el diagnóstico y tratamiento instituido a un determinado paciente alrededor de cuya cama estaban todos los galenos reunidos.
Baldomero estaba distraído, y se sorprendió al oír su nombre y la inquisitoria de su Jefe, para jolgorio de sus colegas. Baldomero le respondió a su Jefe:
Dr. perdóneme pero no puedo responderle, mi mente estaba en otra parte. Yo estaba pensando en mis versos.
No hizo falta la admonición, ni la sanción, ni la expulsión de la sala del Dr. Fernández Moreno, en ese preciso momento, dio media vuelta y se retiró del recinto y del Hospital.
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