viernes, 3 de agosto de 2012

POESÍA FINLANDESA



POESÍA  FINLANDESA


Recopilación de poemas finlandeses.

 

Buscabas

Buscabas una flor
y encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
y encontraste un mar.
Buscabas una mujer
y encontraste un alma;
estás decepcionado.



La luna

Qué maravilloso es todo lo muerto
y qué indescriptible:
una hoja muerta y un hombre muerto
y el disco de la luna.
Y todas las flores saben un secreto
y el bosque lo guarda,
y es que la órbita de la luna en torno a la tierra
es la ruta de la muerte.
Y la luna teje su maravillosa tela,
la que aman las flores,
y la luna teje su fantástica red
en torno a todo lo que vive.
Y la hoz de la luna siega flores
en las noches de finales de otoño,
y todas las flores esperan el beso de la luna
con infinito anhelo.


Pensaba

Pensaba,
mis pensamientos me complacían.
Caminaba por el bosque y, de los árboles,
caían gotas sobre mi rostro
iba no importa dónde
y sabía que estaba siempre allá donde era necesario.


Los tiranos eran...

Los tiranos eran
gentes
que se desvestían
y se vestían
trabajaban hasta altas horas
barajaban papeles
y ciudadanos
pasándolos de la bandeja de entradas
a las de salidas
ahora que la cordialidad ha abandonado
al gobierno
los tiranos han sido reconvertidos
máquinas
que no se cansan
que no beben hasta embrutecerse
y nunca bailan tango o rumba
hacen el trabajo
hablan de cómo al poner el alambre de púas
y tú puedes oír
lo que eres
tú eres un uno un dos un tres
o un cuatro o un cinco o un seis un siete
o un cero
estas máquinas serían imposibles
si no hubiesen sido inventadas.


Hoy recibí

Hoy recibí
una nueva advertencia
al ver mi abrigo
caído en suelo sin vida
con la percha rota,
una nueva advertencia
de no meter tanta
basura en los bolsillos.


Me preguntan, no inesperadamente

Me preguntan, no inesperadamente
por qué escribo.
Sé lo que debería contestar:
Escribo porque amo
a la humanidad y quiero
que mejore la situación de los hombres y que puedan vivir juntos
en paz, libertad e igualdad.
Con mis poemas quiero en la medida
de mi escaso talento, contribuir a alcanzar
esa noble meta.

Pero contestar de esa manera
sería pura palabrería.

Escribir es hundir la mano
en tinta, en alquitrán o en tinta de imprenta
y estamparla en una pared
por amor a la impresión,
por el sólo motivo de la impresión
de su mano.

Lo más negro que hay
donde hundir la mano
es la miseria del mundo.


El otoño...

El otoño, un viejo cochero, meando contra el viento
y algunos pocos afortunados
a los que alcanzaron las salpicaduras
jadeantes con los brazos abiertos.
El otoño, su expresión, cuando el órgano del cielo desciende
y las aguas se pliegan para convertirse en hielo.
Querría estar muerta, hundirme
a través de mis espaldas hasta mis propios bolsillos.
El otoño, su expresión:
y que también las piedras puedan desencadenar tormentas así,
las aguas hundirse hasta la ribera de los brazos.


 

 

 

 
 

 
 

 








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