sábado, 18 de agosto de 2012

Rabindranath Tagore




 Rabindranath  Tagore  


Nació y murió en Calcuta, India, en 1861 y 1941 respectivamente.

Perteneció a una familia acomodada, Poeta y filósofo indio, que contribuyó a estrechar el entendimiento mutuo entre las civilizaciones occidental e india.

Después de una breve estancia en Inglaterra, en 1878, donde estudió Derecho, volvió a la India, y pronto se convirtió en el autor más importante y famoso de la época colonial.

Escribió poesía, cuentos, novelas y obras de teatro, y además compuso centenares de canciones populares. En 1929 empezó también a pintar.

En 1913, le fue concedido el Premio Nobel de Literatura y en 1915 el rey Jorge V le nombró caballero, título al que renunció tras la matanza de Amritsar en 1919, cuando las tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios.

 
 
 


 

 
Algo de Tagore


NO PUEDO OFRECERTE UNA SOLA FLOR...

No puedo ofrecerte una sola flor
de todo el tesoro de la primavera,
ni una sola luz de estas nubes de oro.
Pero abre tus puertas y mira; y toma,
entre la flor de tu jardín,
el recuerdo oloroso de las flores
que hace cien años murieron.
¡Y ojalá puedas sentir en la alegría de tu corazón
la alegría viva que esta mañana de abril te mando,
a través de cien años, cantando dichosa!


"Dormía, y soñaba
que la vida era alegría.

Desperté, y vi
que la vida era servicio.

Serví, y vi
que el servicio era alegría."


Pájaros perdidos de verano
vienen a mi ventana, cantan,
y se van volando.

Y hojas amarillas de otoño,
que no saben cantar,
aletean y caen en ella,
en un suspiro.

Vagabundillos del universo,
tropel de seres pequeñitos,
¡dejad la huella de vuestros pies
en mis palabras!


Para quien lo sabe amar,
el mundo se quita su careta de infinito.
Se hace tan pequeño como una canción,
como un beso de lo eterno.


Si lloras por haber perdido el sol,
las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.


Una vez, soñamos los dos que no nos conocíamos.
Y nos conocíamos.
Y nos despertamos a ver si era verdad que nos amábamos.


No te dejes tu amor sobre el precipicio.


Tú no ves lo que eres, sino su sombra.


 Agradezco no ser una de las ruedas del poder,
sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.


 La verdad no está de parte de quién grite más.


 Hacer preguntas es prueba de que se piensa.


 

 

 

 


 

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